Barras bravas, no; barras futboleras, sí

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  • Un estudio del Observatorio de Participación del IDPAC, plantea cómo contrarrestar los estigmas sobre la violencia en el futbol.
  • La violencia en el fútbol no se gesta en los estadios, también es el espejo de las múltiples violencias que se viven en Colombia.
  • Consulte el documento “Estado del Arte sobre las causas de la violencia asociada al fútbol” del Observatorio de la Participación del IDPAC para tener una comprensión detallada de este fenómeno.

Bogotá, abril 11 de 2022.  ¿Usted es de los que cree que la violencia en los estadios o escenarios futboleros es genética de la hinchada popular?, ¿alguna vez se ha cuestionado dónde se gestan las agresiones? ¿sabe cuáles son las causas de la violencia en el fútbol?  ha detallado qué termino usa más: ¿barras bravas o barras futboleras?

Estos interrogantes hacen parte del documento académico “Estado del Arte sobre las causas de la violencia asociada al fútbol” elaborado por la línea de investigación “Fútbol, Violencia y Participación Ciudadana” del Observatorio de la Participación del Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal -IDPAC.

La investigación plantea que no hay una única definición de “barras bravas”, existen al menos diez tipos de procesos organizativos, incluyendo la distinción entre barras populares y tradicionales, los parches no copeo, guerreados, hinchadas populares, entre otros.

En segunda instancia, el estudio concibe a las culturas futboleras como una forma de acción colectiva, entre las que resulta fundamental el barrismo social en el ejercicio participativo.  Por lo tanto, se evita usar el término “barra brava”, para usar los términos definidos por la ley, como barras futboleras.

Los investigadores del Observatorio comparten argumentos e información que permiten contrarrestar aquellas ideas o estigmatimas sociales que existen alrededor de la violencia asociada con las barras futboleras.

Entre los resultados del documento “Estado del Arte sobre las causas de la violencia asociada al fútbol”, se destaca que las prácticas de violencia futboleras se relacionan con dos situaciones en la vida cultural.  

La primera son las violencias vividas en las organizaciones sociales, por ejemplo: familia, escuela, prisión, entre otros. Y la segunda, con las dinámicas de violencia urbana, ligada a las bandas y el tráfico de drogas, así como la rural, al tener contacto con actores del conflicto armado en las carreteras del país.  

Por lo tanto, la violencia no se origina en las barras futboleras, sino que se trata de pensar cómo sus prácticas recrean y agudizan violencias ya presentes en la sociedad. https://razonpublica.com/bravas-no-solo-las-barras/

El informe invita a analizar el fenómeno de la violencia en el fútbol en toda su complejidad y diversidad, vinculándolo con las múltiples violencias que existen en Colombia.

Esta es una problemática social, atravesada por coordenadas de clase, edad, género y región, se requieren estrategias de intervención diversas que se enfoquen en lo preventivo —y menos en lo punitivo—. Y el primer paso para ello es la comprensión apropiada del fenómeno.

#PensadoLaParticipación

 

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